Es una noche para soñar con algo mejor para mí, para ti y para todos. Es un día para ahogar el pesar que cargo sobre una fachada que es de nadie y últimamente de muchas personas en particular. Sólo quiero dormir hasta que me sienta bien y necesite pertenecer de nuevo a una comunidad con la que compartir risas, momentos simples y diversión. Mi voz es un grito mudo, es lastimero pero no se entiende del todo ya que ni él mismo se aclara… ¿queréis saber qué me pasa? ¿Por qué de nuevo un lenguaje pomposo e ininteligiblemente desordenado que sale de mi alma envenenada de amor? Será eso; veneno. Veneno de amor que me hace adicta y me mata, me perturba y cometo errores de los cuales últimamente ni me arrepiento. Puede ser que yo misma me esté suministrando ponzoña de la más efectiva y me hago daño. Pues eso, que de nuevo no aclaré nada y lo siento pero no de veras, simplemente es una disculpa educada. Pero no siempre soy así, hoy por ejemplo llamé a alguien que quiero mucho “cabrón” y, la ofensa, llevaba incorporada mirada indiferentemente doliente de ojos verdes. La verdad, no sé por qué ocurrió tan repentino y natural; era como si lo pensara desde siempre y mi corazón, que es el que siempre manda, sabe que no es así. Mis motivos tenía pero soy consciente de que las cosas no se expresan de tal manera tan despreciable.
Estoy cansada, helada, sensiblemente desquiciada y sobre todo sola porque siento que yo soy el cielo de esta noche que nos ampara con frío frescor de madrugada. Soy la dueña de todo ese manto azul y de las hermosas estrellas cuya existencia son las únicas que a veces me hacen ver que no estoy completamente sola…sí, puede que sólo me automargine pero no soy yo, es ese frío que empaña mi razón y mi corazón.
Rememorando los astros, añoro que alguien consiga leer con claridad mi tarot, mis delirios y penas sobre todo en esta noche de soledad latente.
Hoy miro al otro lado de la cama pero, por más que busco, no encuentro nada ni siquiera quiero contacto humano. Quizás acaricie al gato, piense en el mañana para olvidar el dolor que acarreo camuflado desde hace semanas y mire cómo muere esta noche de la que yo formo parte con mi oscuridad. Sólo quiero que esta entrada la lea una persona y, si no es así, que al menos lea mi corazón e intente desentrañarlo como yo estudio los enigmas de esta noche con su caída y la mía.


Hay castillos internos que se caen o no se logran penetrar.Por ello,Santa Teresa de Jesús nos dice que no es tarea fácil,y que consiste en interiorizarse por fases,hasta llegar al encuentro.Puede decirse que esas moradas se agrupan en tres procesos,llamados por antecedentes sufíes:bronce,plata y oro.Procesos muy presentes en cuanto hablamos de la interiorización de dos seres.
ResponderEliminarSomos interiormente mas complejo que materialmente hablando.Si no llegamos ni a entendernos nosotros mismos a veces,mas aún adivinar el interior del otro.Creo,que nunca llegamos a conocer a nadie,solo tenemos falsas premoniciones del otro,por que hay veces en que el otro se miente a sí mismo.
Pedimos peras al laurel,por que ya no sabemos ni que pedir.
Y decirte,que me identifico totalmente con esta frase: "Sólo quiero dormir hasta que me sienta bien".Esta frase la padezco muchos días de mi vida,de tal modo que llego a tener la esperanza de llegar al sueño eterno,al cual no le tengo ningún miedo.
Gracias por tu entrada